La pandemia nos generó problemas gravísimos en el mundo entero, pero como efecto colateral, en solo 4 meses evolucionamos 5 años en la curva de adopción digital, forzados a innovar por esta situación sin precedentes. En definitiva, dimos un salto cuántico y las AgTechs y empresas tecnologías/digitales que trabajan en redes aceleraron su crecimiento y probablemente vamos a acortar distancias con otros sectores con mayor penetración digital.

En este artículo me voy a focalizar en el e-commerce, una tecnología comercial de altísimo crecimiento en los distintos sectores, pero incipiente en la agroindustria.
Hoy, en el sector agroindustrial, encontramos diferentes niveles de emprendimientos que van de un nivel básico a través de un marketplace publicitando productos de una compañía o de varias empresas, hasta conectando proveedores y compradores, y luego la venta se completa off-line a modo tradicional.
Para seguir avanzando y poder completar el proceso on-line tenemos que romper viejos paradigmas con la distribución de agro-insumos y otros eslabones de la cadena, y preparar a los proveedores para rediseñar y digitalizar los procesos comerciales.
El e-commerce simplificaría y agilizaría los procesos de compra, bajando costos y accediendo de manera online a la dinámica del mercado contando con información valiosa para servir mejor a los clientes generando más valor para todos los actores de la cadena.
El relacionamiento es un pilar fundamental en el sector agroindustrial como base para generar valor.
El término omni-canalidad refiere a la combinación de los distintos contactos con el productor, ya sea digital con e-commerce, web, redes sociales y medios tradicionales en combinación con el relacionamiento personal.
El balance adecuado de las distintas capas de comunicación va a determinar el éxito relacional y finalmente la generación de valor entre las partes
Por otro lado, necesitamos simplificar los procesos de compra por parte del productor y el e-commerce facilitaría la búsqueda todas las opciones disponibles en minutos, versus la complejidad del sistema actual. De esta forma, tanto el productor, el asesor y el distribuidor focalizarían sus energías en diseñar la correcta integración tecnológica para cada productor y ambiente productivo en base a las posibilidades concretas de cada uno de ellos.
En este contexto de intensificación tecnologica, con nuevos actores incorporados en el ecosistema, necesitamos integradores de soluciones para ayudar a los productores a una elección adecuada de productos, tecnologías y servicios para su situación con una evolución acorde a sus posibilidades. Este sería el nuevo rol estratégico de la distribución estando muy cerca de los productores, facilitándoles el camino de la evolución.
En otros mercados, la pandemia nos hizo evolucionar hacia el e-commerce adquiriendo todo clase de productos a precios convenientes, liberándonos de tiempo valioso para realizar otras actividades más relevantes.
La agroindustria tiene una gran oportunidad de evolucionar rompiendo viejos moldes y roles de los distintos eslabones de la cadena logrando nuevos beneficios para cada uno de ellos.
Pablo Ogallar
Presidente & CEO
b2b-agri