La inteligencia artificial ya está en la agroindustria y desde b2b-agri trabajamos a diario con la implementación de estrategias que incluyen la integración de nuevas tecnologías a los procesos para agregar valor y optimizar la productividad.
La semana pasada leí un artículo muy esclarecedor respecto a por qué debemos poner primero a la gente cuando queremos diseñar una estrategia de inteligencia artificial en los procesos de un negocio, les comparto un pequeño resumen y el acceso al artículo completo:
Existen dos tipos de inteligencia artificial, la más tradicional y simple de gestionar responde a una lógica lineal de “si pasa esto” entonces “aquello”, nos es entendible, sabemos que responde a la aplicación de determinada lógica que entendemos, y por lo tanto podemos nos sentimos cómodos con poder avanzar en interpretarlos sin temor a equivocarnos. La segunda forma de inteligencia artificial, que proviene del análisis de múltiples datos a simple vista desordenados (big data), son para los humanos una verdadera caja negra difícil de entender. Es en ese punto donde debemos pensar en cómo integrarla al pensamiento y los procesos diseñados por y para los humanos. Debemos adecuar la organización para que siempre haya una instancia prevista para tomar las decisiones finales que pueden tener impacto significativo en el negocio y de esta manera brindar seguridad en la ejecución. Ya sea una respuesta a un cliente, la ejecución de una orden de compra, o cualquier otra decisión de impacto, debemos asegurarnos que un recurso entrenado pueda contextualizar la información provista y tomar la decisión final. Para que esto suceda debemos proveerle a dicha persona de toda la información relevante, es decir, exigirle a la IA que además de brindar la conclusión y resultado del algoritmo, pueda evidenciar el proceso lógico por el cual llegó a dicho resultado. Deberían quedar claramente expuestas las premisas, la información que utilizó, y la lógica de las conclusiones por la cual realiza dicha proyección. Sin esto, lo único que conseguiremos es estresar a la organización por tener que aceptar o rechazar sugerencias basadas en un concepto no del todo claro y transparente, justamente lo que debemos evitar.
En resumen:
- Tener siempre para IA, una estrategia de “la gente primero”
- Diseñar la IA para que sus procesos sean lo más transparentes posible
- Incluir siempre espacios de juicio y gestión de las decisiones finales
- Entrenar y rediseñar la organización para trabajar de forma complementaria con la IA
- Pasar del miedo a la esperanza del aporte que puede hacer la IA a través del uso integrado a la organización
Para profundizar sobre este tema les recomendamos leer el siguiente artículo del profesor Soumitra Dutta de Wharton School